Nieves Ramos Rosario
EX PRESIDENTA DE AVEI
El germen de la Asociación Valenciana de Empresas de Inserción comenzó a surgir en la Finca El Cerezo, situada en Villena, término municipal de Alicante. Tras los primeros contactos con la Federación Estatal de Empresas de Inserción, FEDEI, para acogernos al microcrédito que esta Federación impulsó para crear empresas de inserción, nos invitaron a aglutinar los proyectos de inserción que se estaban llevando a cabo en la Comunidad Valenciana.
Propuse una primera reunión de tanteo en Villena, a la que acudieron entidades como El Rastrell, Nova Terra de Valencia y Proyecto Lázaro de Alicante. Allí nos emplazamos a buscar entidades que quisieran embarcarse en la aventura de constituir una asociación que aglutinara los proyectos que trabajaban la inserción por lo económico y comenzara a buscar propuestas de mejora.
Tras varias reuniones para definir objetivos y responsabilidades, ya en Valencia, en la sede de Cáritas Diocesana, situada en la Plaza de Cisneros, se decidió crear la Asociación Valenciana de Empresas de Inserción, AVEI, y entrar a formar parte de FEDEI, denominada posteriormente FAEDEI tras la fusión de las dos entidades representativas.
El principal desafío que tenía el sector, también a nivel estatal, era conseguir regular las empresas de inserción que nacían, crecían y operaban en la clandestinidad.
Algunas comunidades autónomas, ante la falta de esta normativa y presionadas por el sector, empezaron a legislar para regularizar la situación.
En la Comunidad Valenciana también iniciamos ese camino institucional de reconocimiento del sector.
Con el fin de acompañar esta iniciativa, organizamos, con la colaboración de FEDEI, una jornada de carácter estatal en Alicante, apoyada también por la universidad de esa ciudad y el ayuntamiento.
Elegimos para este evento la Sede Universitaria de Alicante, cedida para la ocasión y cercana también a la Explanada, porque queríamos visibilizar el proyecto con un acto lúdico al aire libre y abierto al público.
En esa jornada, a la que asistieron de FEDEI la presidenta, Asunción García Maynar, y la directora técnica, Isabel Valdés, y de la Universidad de Alicante, Ma Asunción García Martínez, acudió por primera vez una representante de la Administración Valenciana que se llamaba Elena Chazarra.
Era la Secretaria Autonómica de Empleo y Formación y la segunda de a bordo de Ana Encabo, Consellera de Economía, Hacienda y Empleo, máxima responsable del Servef (Servicio Valenciano de Empleo y Formación), organismo encargado de la calificación de las empresas de inserción.
Creo que salió con la convicción de que este recurso necesitaba una regulación en la Comunidad Valenciana y nos recibió en el Servef, en la calle Navarro Reverter, donde tenía su despacho, con una propuesta: la decisión que habían tomado en la Conselleria, presidida por Ana Encabo, era tener una normativa con rango de ley.
Se generó, tras esa reunión, un borrador de ley que empezamos a trabajar conjuntamente en el sector.
Posteriormente, tuvimos reuniones con todos los grupos que, en esos momentos, tenían representación en las Cortes Valencianas: Partido Socialista e Izquierda Unida, además del PP, que era quien gobernaba e impulsaba el proyecto de ley.
Nos reunimos con Josep Ignasi Pla, el líder del Partido Socialista Valenciano de aquel momento, y con Antonio Torres, el diputado encargado de esos temas. Aunque entendieron el tema y quedaron en apoyar el proyecto, no hubo manera.
Distinta actitud mantuvo Ramón Cardona, representante de IU de Castellón. Él propuso algunas enmiendas que se aprobaron.
El proyecto de ley, liderado por la diputada ilicitana Mercedes Alonso y defendido por el posteriormente famoso Ricardo Costa, salió aprobado por la mayoría parlamentaria del Partido Popular y el voto de Izquierda Unida, dando lugar a la Ley 1/2007, de 5 de febrero, por la que se regulan las empresas de inserción para fomentar la inclusión social en la Comunidad Valenciana.
Presenciamos la sesión desde unas tribunas situadas en la segunda planta de las Cortes Valencianas. Ana Encabo se paseaba por allí, contenta con el resultado, y terminamos en la cafetería brindando con un café con leche.
Pero una cosa era tener el reconocimiento de la ley y otra bien distinta contar con el decreto necesario que posibilitara su aplicación.
Este decreto llevaba aparejada la creación del registro para la calificación de las empresas de inserción y, posteriormente, en otro trámite ya vinculado a los presupuestos, las medidas de apoyo.
Había habido un cambio de gobierno y esto paraliza toda la administración. El PP volvió a ganar las elecciones, por lo que no hubo cambio significativo en las políticas del gobierno. Pero sí cambiaron las personas y, aunque eran del mismo partido, no tenían la misma sensibilidad.
Podemos considerar históricas las reuniones celebradas como representantes de AVEI (Asociación Valenciana de Empresas de Inserción) en el Servef con Luis Lobón, el sucesor de Ana Encabo.
Su mejor propuesta, cuando conseguimos sentarnos en aquella impresionante mesa de la oficina de la calle Navarro Reverter, fue la de impugnar la Ley 44/2007. No dábamos crédito, ¡con lo que nos había costado conseguir ese hito en el Estado! Además, se había aprobado con el voto favorable de todos los partidos políticos presentes en el arco parlamentario, algo que ahora parece ciencia ficción.
Según el gobierno valenciano, esta ley invadía las competencias autonómicas de empleo. Sin embargo, lo que realmente necesitábamos en la Comunidad Valenciana era crear el registro que calificara a las empresas de inserción, porque seguíamos funcionando bajo el paraguas de las entidades promotoras, como una actividad específica declarada dentro de las asociaciones o fundaciones.
También era necesario conseguir, como paso posterior, la orden de ayudas para promover el mantenimiento y crecimiento de las empresas de inserción.
Siempre hemos planteado que debemos compensar el sobrecoste que supone contratar personas que dedican una parte del tiempo a realizar su itinerario personalizado y aprender trabajando. Eso conlleva una merma en la actividad empresarial, que consideramos debe ser compensada por la Administración Pública.
Como recoge la ley, es fundamental el apoyo a las figuras de acompañamiento, tanto a la producción como al personal. Estos perfiles profesionales, necesarios en las empresas de inserción, son la garantía del éxito de este recurso y su salario no debería salir de la actividad empresarial.
Estas reuniones en el Servef iban acompañadas de jornadas de sensibilización que organizábamos en las tres provincias: Castellón, Valencia y Alicante.
Aprovechábamos todas las oportunidades —programas europeos, convocatorias de subvenciones vinculadas a entidades financieras, universidades, ayuntamientos— para traer a personas de otras comunidades que contaran los avances en las órdenes de ayudas, los procesos de acompañamiento, los contratos reservados, las concertaciones público-privadas, etc.
Se publicó el Decreto 81/2009, de 12 de junio, por el que se establecían las normas de desarrollo para la calificación, registro y fomento de las empresas de inserción de la Comunidad Valenciana.
Entró en vigor el 17 de ese mismo mes.
La siguiente gesta fue conseguir la primera orden de ayudas para las empresas calificadas, que llegó un año después: la Orden 31/2010, de 30 de julio, de la Consejería de Economía, Hacienda y Empleo, para el ejercicio 2010.
Tras esto, comenzó un largo periodo de reconocimiento y apoyo a las empresas de inserción, continuado en el tiempo y que seguirá hasta que su reconocimiento como prestadoras de servicios de interés económico general sea recogido en los presupuestos generales.